La tradición industrial azucarera de la urbe, sumada al carácter emprendedor zaragozano, favoreció que pronto se abrieran numerosas pastelerías influyentes que hacen las delicias de vecinos y turistas de diversas edades. De cara a la festividad de San Valero, la visita a una cuna del dulce es obligada.
Las pastelerías en Zaragoza que elaboran artesanalmente son innumerables a lo largo y ancho del casco urbano.
Algunos históricos, otros más recientes y sofisticados, en barrios, en el centro… pero todos marcados por el buen hacer diario de sus propietarios y vendedores. No te pierdas esta selección de 7 pastelerías increíbles de Zaragoza.
Pastelería Majema
La aventura de Majema comienza en Las Fuentes en 1961. Es entonces cuando Alfonso, su propietario, funda el establecimiento para poner una nota almibarada en el barrio. Pastas de té, milhojas, pasteles y tartas por encargo de diversas formas y colores, roscones…numerosos dulces que entusiasman a pequeños y mayores.
Al ser obrador artesano, los clientes tienen asegurada la originalidad de los deliciosos productos, lo que ha contribuido a fidelizar público y consolidar el establecimiento. No dejes escapar la oportunidad de visitar este fantástico espacio en uno de los barrios más tradicionales de la ciudad.
Pastelería Majema Calle Nicanor Villa Villita, 9, 50002. Zaragoza.
Pastelería Sorroche
En Torrero, Ramón Sorroche, presidente del gremio zaragozano de pasteleros, lleva más de tres apasionadas décadas al frente del sector desde el establecimiento que lleva su apellido.
La pastelería tiene como producto estrella el hojaldre, al que con maestría configuran sus delicados pliegues. Los milhojas, de nata y crema, la empanada de chocolate o las coloridas y primaverales tartas de frutas conforman también la golosa oferta. ¡Y no olvidar los roscones de nata natural! Un estilo artesanal inconfundible que no puedes dejar de disfrutar
Pastelería Sorroche Calle Dr. Ibáñez, 6, 50007. Zaragoza.
Fantoba, un icono de las pastelerías de Zaragoza
Aunque en las pastelerías de los barrios de Zaragoza hay talento a raudales, el centro cuenta con algunas de las direcciones más históricas de la ciudad. Y Fantoba, fundada en 1856, no podía faltar en esta lista.
El insigne obrador, que todavía se localiza en el antiguo local decorado por el reputado arquitecto Ricardo Magdalena, atrae a zaragozanos y turistas venidos de todo el mundo. La lista de productos es casi ilimitada, pero destacan los guirlaches, el turrón, las trufas, los suspiros de la virgen y, sobre todo, sus famosas frutas de Aragón. No tardes en descubrir este relumbrante pedacito de la historia laminera maña.
Pastelería Fantoba Calle Don Jaime I, 21, bajos, 50003. Zaragoza.
Nava
En pleno San José se encuentra una de las pastelerías con más éxito de la ciudad. Nacida en abril de 1980, coincidiendo con la festividad de la patrona de los pasteleros, la Virgen de Montserrat, Nava ofrece un buen producto a precios asequibles.
El roscón es el rey del obrador, siendo famosas las largas colas en Reyes y San Valero para hacerse con el preciado dulce.
También destacan, entre otras especialidades, las brevas de crema y nata, las torrijas de bollo y los milhojas de azúcar glass. ¿Un imprescindible? El lanzón de San Jorge, que marca tendencia gracias a que incorpora licor 43 al mix original de turrón y nata.
Pastelería Nava Calle del Privilegio de la Unión, 37, 50013. Zaragoza.
Tupinamba
Nacida en 1902, Tupinamba es sin duda una de las pastelerías más famosas del centro de Zaragoza. Sus palmeras de azúcar glass, coco o chocolate, especialidad célebre, son un clásico en la ciudad.
También gozan de gran aplauso las suelas y las carteras, curiosos dulces típicos, así como los bombones, las casitas de chocolate y las tartas, que pueden ser empaquetados con bonitos celofanes de temática aragonesa.
Pastelería Tupinamba Avenida César Augusto 94. Calle Don Jaime I 44.
Horno Ismael, una de las pastelerías de Zaragoza más dulces
Fundado como obrador en el año 1978, el horno Ismael ha conquistado a los paladares más exigentes con sus dulces variados. Sus fundadores se dedicaban inicialmente a la venta de fruta y verdura, pero pronto saltaron al bello oficio del dulce originariamente en el mercado de Hernán Cortés. Entre sus dulces notables destacan las rosquillas, los bollos de leche, las brevas o las lunitas caramelizadas.
Los brazos de hojaldre afrutados, las magdalenas o los cruasanes rellenos son también protagonistas de la exquisita propuesta. Una céntrica referencia pastelera, urdidora de familias y generaciones enteras, que no os podéis perder.
Pastelería Horno Ismael Juan José Lorente 9-11 50005 / San Vicente Mártir, 24 50008 / Gómez de Avellaneda, 73 50015 Zaragoza.
La Artesa
Las Delicias es el barrio más poblado de la ciudad y no podía dejar de contar con una pastelería tan especial. La Artesa lleva más de 30 años deleitando a los zaragozanos con sus cuidados pasteles y dulces típicos.
Aunque la oferta de productos es muy amplia, el confite estrella es sin duda el milhojas, que se puede adquirir en su vertiente tradicional, con yema tostada o en forma de petits. Otros postres sobresalientes son los hojaldres, los turroncillos y las trufas de chocolate negro. Un auténtico placer para los sentidos y una verdadera experiencia de usuario.
El establecimiento, de gran solera, es célebre asimismo por haber ganado diversos concursos gastronómicos que le colocan como una dirección indispensable en la capital aragonesa.