Déjame que te cuente, que no hay mejor nave para viajar que un libro.
Había una vez una pluma ansiosa que se moría por contar. Por contar vidas extraordinarias en leyendas para llevar(te) a mundos de Ninfas y sirenas, hadas, duendes, elfos y demás gente pequeña que se vestían de medianoche para adentrarte en lo mas profundo del bosque, que por arte de magia, sabe tu nombre como si de una bruja se tratase. Te invitan a enamorarte de las aventuras de Ulises con ganas de subirte a las naves negras para conquistar Troya al otro lado del mar, para llegar al fin a tierra firme en busca de una patria.
Por contar aventuras del antiguo Egipto en el que de repente, te ves desenrollando momias, dioses, tumbas y sabios. Cuando sin previo aviso, te ves envuelta en la sombra del viento viéndote cara a cara con el príncipe de la niebla a los pies de la catedral.
Atrapada sin poder salir, o más bien, sin querer salir, la pluma trazando notas con sentido, te hace prisionera del cielo no dejándote salir del laberinto de los espíritus para después, hacerte caer a un espacio vacío, despertar y tener la sensación de tener cien años de soledad.
Cuentos para pensar que te hacen ponerte en la piel de la pequeña Momo haciendo que te preguntes siendo tan solo una niña “¿Qué es el amor?” o “¿de que te ríes?”porque no entiendes nada y nadie te lo ha explicado. En tus tiempos, pensaras, seguro aconsejarías acudir a el libro de la abuela para encontrar la respuesta. Que por un momento seas una bruja enamodiada o quieras saber como es la memoria de una vaca, dándote cuenta de repente, que tu casa es un zoo y te sorprendes leyendo el diccionario de gato-español/español-gato.
Historias que te hacen tener la cabeza en las nubes mientras te ves en el inmenso laboratorio del doctor Frankestein o siendo el detective encargado de resolver el extraño caso del doctor Jekyl y el señor Hyde.
Novelas románticas como en las que sus protagonistas Valeria, Sofia o Martina, luchan contra viento y marea y se encuentran en una pelea continua con ellas mismas sin saber si hacer caso a su razón o simplemente llegar hasta donde el corazón les lleve. Caminos que se cruzan, senderos que tienen forma de serpiente, piedras, curvas y señales que las hacen perderse. Mensajes que se repiten una y otra vez sobre lo que podríamos haber sido tu y yo, si no fuéramos tu y yo haciendo que tantos te quiero se esfumen entre sus dedos contando así los cien abrazos y los besos que fueron y no fueron cuando Víctor, Héctor o Pablo les prometieron toda la felicidad del universo.
O incluso, siendo atrevida, la pluma te plasma 12 reglas para vivir tu vida desenmascarando todas las almas de Brandon que son capaces de habitar en el cuerpo poético de cada interior, haciendo que saques a la luz toda la verdad sobre tus mentiras. No olvidemos que tres piedras hacen una pared y que en algunas casas, todos los futuros son contigo pero que hay amores imposibles que cuentan la triste historia de tu cuerpo sobre el mío.
Vale la pena que te roben una lágrima, un suspiro, una risa o el aliento si el ladrón es un libro.
No dejes para mañana lo que puedas leer hoy. Y a ti, ¿aún te cuentan cuentos?
Relato escrito por Macarena Buera.