La cultura representa la mejor expresión que han portado los seres humanos a lo largo de toda su existencia. Ya en la Prehistoria nacían formas culturales y en los siglos más recientes ésta se ha convertido en una herramienta más compleja, sofisticada y diversa donde anidan nuestros sueños e interpretaciones variopintas sobre la vida y el mundo que nos rodea. Esa vibración obtiene su centro en diferentes manifestaciones artísticas donde las artes escénicas poseen un papel notable.
En Zaragoza el género está protagonizado por diferentes teatros o salas públicos o privados, pero en las Fiestas del Pilar de 2018 nació un espacio diferente y muy espacial llamado La Casa del Circo. Este enclave se halla en una nave del polígono de Cogullada, algo inaudito en la capital aragonesa, y cuenta con 500 m2 en la planta calle, de las cuales 300 m2 son útiles para las diversas formaciones y el resto para espectáculos. Entrevistamos a Cesar, su fundador y responsable:
¿Cómo y cuándo nace el proyecto? ¿Qué es La Casa del Circo?
En realidad nace mis ganas de permanecer aquí en Zaragoza. He estado viajando mucho durante años por diferentes lugares pero quería seguir aquí. Llevo 30 años dedicados a este sector, pero necesitaba un espacio así que cubriera todas las artes escénicas. Y como es un espacio abierto, está en todo momento evolucionando. La gente que viene me pregunta qué es este lugar y yo siempre les respondo qué quieres que sea, dentro de las artes escénicas por supuesto.
Es un espacio de formación, creación y producción. Aquí se trabaja la fotografía, el audiovisual y también sesiones de workingprogress de teatro, circo, música y danza. Se llevo a realizar incluso una pasarela de moda. Viene gente de fuera a trabajar, tanto del resto de España como del extranjero. Ahora, debido a la pandemia, algunas acciones las hemos frenado temporalmente, pero nos estamos centrando sobre todo en formación. Por ejemplo en técnicas de circo, para familias y niños de 3 a 13 años, o en actividades de góspel o acrobacias para mayores. En días laborables vienen hasta 250 personas a formarse y el fin de semana lo reservamos a profesionales.
El circo es protagonista ¿Homenaje? ¿Son hoy los circos espectáculos diferentes?
El circo está en constante renovación. Aunque siempre va a existir el circo clásico, también destaca el contemporáneo, aquel que muta constantemente y se halla en continua evolución. Por aquí pasan desde los espectáculos más tradicionales hasta los más modernos. Desde mis compañeros y amigos payasos, Kiny Serrucho, a un colega mío, Darlan Rezende, que trabaja el circo en los espacios más vanguardistas y de moda de Ibiza. Aquí se juntan. Un lugar de reunión de la magia, del teatro y de las artes escénicas. El nombre de nuestro espacio responde a que somos una casa para todos y a que el mundo es un circo. Qué mejor que verlo representado ya que tendemos a huir del que hay fuera. Es muy importante tener lugares así con esta filosofía abierta, este interés cultural y sobre todo la posibilidad de generar sinergias.
Ubicaros en un polígono os distingue ¿Qué aporta esta localización?
La principal aportación es la tranquilidad. Poder estar más libre al localizarnos en el extrarradio de la ciudad. Luego también la cercanía con el barrio. Vecinos de El Rabal, La Jota o el barrio Jesús a los que hemos convertido ya en personas de nuestra familia. Implicando también a la junta de distrito. Quizá dinámicas así sean más difíciles en el centro de Zaragoza. Estar aquí nos aporta sosiego y además también compromiso con un área de la ciudad que siempre suele estar menos apoyada o reconocida. Somos los desconocidos. Los que es posible que no cabemos en el centro. ¿Por qué justo esta nave? Nos pareció la más cercana al casco urbano. No obstante, sigue pareciendo que la margen izquierda no existe, que es otro mundo. Nuestro proyecto también busca poner en valor el latir de esta zona a 15 minutos andando de la Plaza del Pilar.
¿La Casa del Circo contribuye a la renovación de las áreas industriales? ¿Cómo deberían ser estos emplazamientos?
Todo lo que sea cultura aporta a la ciudad. La gente se interesa por el ocio, pero también por el aprendizaje que le suponen estas iniciativas. Si aquí pueden disfrutar, entretenerse y además adquirir conocimientos sobre las distintas artes escénicas les resulta interesante acercarse. La empatía es un gran valor para nosotros. A los padres y los niños los recibimos con afecto y ellos nos lo devuelven con su presencia y abriéndose a entender las profesiones que practicamos. Los barrios que nos rodean se están dando cuenta de nuestro trabajo y crecemos y revitalizamos esta parte de Cogullada. Hay numerosas naves vacías que podrían ser aprovechadas con proyectos similares. Sólo hay que poner interés e inversión.
Vuestras estancias poseen una decoración muy particular ¿Tenéis referentes para inundar de creatividad los espacios?
Es todo idea mía la verdad. Aunque hay partes a las que han contribuido amigos, como compañeros de The Hole. Otras personas, magos o artistas varios, que me van dejando objetos y decoraciones. Me preocupo sobre todo del escenario, con su suelo articulado con suma delicadeza por un pintor de mi confianza. Pero en resumen esto nace de mi mente y de aportes de mis amigos. El estilo bebe de la esencia renacentista, pero a su vez también del burlesque, la revista o el cabaret berlinés o parisino.
Destacáis en música ¿Qué tipo de artistas atraéis? ¿Las afueras pueden latir más que el centro?
Sin duda la música es clave. Aquí hemos juntado a grupos de jam session celtas con artistas de diversas culturas generando una amalgama prodigiosa. Nos gusta tocar y escuchar por el simple hecho de disfrutar de la música. Hemos tenido suerte además de atraer a personalidades del mundo de la cultura. Vino Paula Ortiz a rodar el videoclip de Amaral junto a 45 personas de su equipo. Se rodo íntegramente en nuestras instalaciones. El grupo nos llegó a reconocer que era el lugar más agradable en el que habían grabado. También vino Kase O para grabar con Ara Malikian. Pensamos que esto ocurre porque damos mucho cariño y cuidamos a quienes se acercan. El trato es lo principal. Y sí estamos en las afueras.
César, impulsor del espacio | Sergio Rupérez
Ambigú | Sergio Rupérez
También disponéis de áreas para eventos, ¿Cómo son los ambientes?
Ahora los eventos los tenemos entre comillas. Tenemos una licencia, pero este terreno es comercial. Es un proceso largo, pero estamos trámite. Ahora somos espacio asociativo, para respetar toda legalidad, pero no podemos ser espacio cultural. Y eso que ya nos han dado dos premios, pese a estar en pandemia. Preferimos informar de que hacemos muestras o working progress a eventos para no tener problemas con nadie.
La formación es otra de las puntas de lanza ¿Qué filosofía perseguís? ¿Quién puede participar?
Tenemos principalmente dos espacios. La denominada Sala de los Espejos, un espacio diáfano con 70 m2 con un suelo de parquet donde trabajan el yoga, la gimnasia hipopresiva o la danza. También contamos con la sala de escenario, un área de 200 metros cuadrados donde 100 m2 pertenecen al escenario en sí mismo y las otros 100 m2 a la zona roja previa a éste. Las salas se ceden y cuentan con equipos de sonidos. Vienen desde gente que se quiere formar y que no lo tienen claro hasta personas que quieren formar a los demás en las artes escénicas. Nos proponen cursos y nosotros nos ponemos a ello en base a nuestras posibilidades.
¿El público responde?
Sin duda. Y además vienen de muchos lugares. Han venido por ejemplo profesores de la Escuela de circo de Madrid, magos de Cádiz e incluso unos titiriteros de la Patagonia. Vinieron de propio desde Argentina para venir. Ahora por ejemplo trabajan unos franceses de la Bretaña.
¿Zaragoza goza de la suficiente oferta cultural? ¿Echáis en falta más dinamismo?
Nunca es suficiente. Lo que más nos gustaría es de primeras volver a empezar. Llevamos 4 años desde que inauguramos en las Fiestas del Pilar de 2018, pero año y medio paralizados por culpa del Covid-19. Asimismo, sería deseable que se apoyaran y visibilizaran más a otros proyectos culturales privados como el Teatro Bicho o la sala El Extintor. Aunque nací en Madrid y me he recorrido el mundo, pero me gusta estar aquí y quiero cambiar lo que veo. Por desgracia el que destaca aquí se tiene que ir. Quienes mandan desgraciadamente no cuidan a los artistas. En esta ciudad hay mucha cultura y se quiere consumir mucha cultura. Pero no hay interés por promocionar. Tenemos cinco grandes teatros que se llevan la visibilidad y es fantástico, pero no mucho más. Hemos tenido al campeón mundial de magia una semana y es uno de los actores de Tim Burton. Y me lo preguntan ¿Por qué no sois un teatro? Porque no podemos.
Si no te adscribes a ciertas realidades no tienes relevancia. Si me quedo aquí es porque me gusta Zaragoza y porque somos un epicentro cultural, aunque bastantes ciudadanos, en especial las autoridades, no se hayan dado cuenta. No hace falta irse a Madrid o Barcelona, pero falta conciencia y orgullo y sobra una mentalidad de hace 25 años. Un buen ejemplo en España para nosotros podría ser Bilbao, aunque un fenómeno como el Guggenheim es difícil que se vuelva a producir. También destacan Valencia, Barcelona, Madrid o Alcalá de Henares, pero podríamos estar a la altura. Hemos decidido apostar por la vía privada porque la pública o público-privada no nos aporta dados los condicionantes. No obstante estamos abiertos a apoyos de todo tipo.
Una de las estancias | Sergio Rupérez
¿Y el futuro de La Casa del Circo?
En breves queremos poder consolidarnos como un espacio cultural sin necesidad de socios. Que dejemos de tener incertidumbre. Hay artistas, grupos de teatro y de circo en este momento, pero la cantera actual no sabe cómo profesionalizarse en lo suyo. Al no tener ayudas en general, me gustaría que pudieramos ser centro neurálgico para guiar a todas las personas experimentadas que necesitan formación.
¿Cuál es el tu lugar favorito de Zaragoza?
¿Mi lugar favorito? El Parque Pignatelli. Allí aprendí a hacer circo. Me metí de lleno en esta vida circense hasta el día de hoy. Al principio lo hacíamos en el Parque Grande, pero al vivir cerca del otro parque me consolidé allí. Fue fantástico.