José Bueno Gimeno, junto con varios colaboradores, creó el impresionante monumento a Alfonso I el Batallador. Se ubica en la Calle José Bueno, dentro del Parque José Antonio Labordeta. Este monumento se levantó entre 1918 y 1927, durante la Restauración y la II República.
Detalles del Monumento
El monumento utiliza materiales nobles como piedra, granito, mármol y bronce. La estatua mide 6,50 metros y el pedestal alcanza los 8,50 metros de altura. El proyecto comenzó en 1918. En 1923, colocaron el pedestal y la estatua. En 1927, añadieron la escultura del león.
En 2018, restauraron el conjunto y eliminaron la pasarela del estanque para evitar daños por vandalismo y por personas que se subían al león.
Promotores y Propietarios
La Junta Patrocinadora del Octavo Centenario de la Reconquista de Zaragoza y el Ayuntamiento de Zaragoza promovieron el monumento. Hoy, el Ayuntamiento de Zaragoza es el propietario.
Alfonso I el Batallador
Alfonso I, cuarto rey de Aragón, jugó un papel crucial en la consolidación y expansión del reino por el valle del Ebro. Conquistó Zaragoza en 1118, un hecho trascendental en la historia de la Reconquista. También conquistó Ejea, Tudela, Soria, Borja, Tarazona, Calatayud, Daroca, Molina de Aragón y Mequinenza. En 30 años de reinado, cuadruplicó el territorio del reino, ganándose el sobrenombre de «el Batallador».
El historiador J.M. Lacarra afirmó: «Si Aragón es lo que ha sido en la historia de España, se debe a Alfonso I el Batallador».
Historia del Monumento
En 1918, al cumplirse el octavo centenario de la reconquista de Zaragoza, la Junta Patrocinadora decidió erigir un monumento en memoria del rey. Tras considerar a varios escultores, eligieron a José Bueno. En junio de 1918, encargaron a Bueno el proyecto y la ejecución del monumento. En octubre, presentó dos proyectos: una estatua ecuestre en bronce y una estatua erguida en piedra. La Junta eligió la segunda opción, inspirada en una obra de Francisco Pradilla.
El 6 de enero de 1919, colocaron la primera piedra del monumento, tras un retraso por una huelga general. A finales de 1920, Bueno terminó de modelar la estatua, con la ayuda de Enrique Anel. Francisco Sorribas la vació en escayola y Gabriel Bechini la esculpió en mármol de Carrara. En 1923, concluyeron el pedestal y en octubre instalaron la estatua. El 6 de junio de 1927, colocaron el león en bronce, obra de Virgilio Garrán. El monumento nunca tuvo una inauguración oficial ni inscripciones.
Descripción del Monumento
El monumento se alza sobre un amplio basamento rectangular con tres escalones, rodeado por un estanque. El pedestal, hecho de sillares de piedra de la Puebla de Albortón, tiene un resalte de granito con la escultura del león en bronce, obra de Virgilio Garrán. El segundo cuerpo del pedestal es cilíndrico, con aparejo rústico, un friso de arquillos de medio punto y una cornisa volada. Encima, la estatua de Alfonso I, de 6,50 m de altura, esculpida en mármol de Carrara, representa al rey de forma estilizada y monumental. Alfonso I mira la ciudad con gesto serio y desafiante, con ambas manos sobre la empuñadura de su espada. La cabeza lleva una corona real y cota de malla, con facciones pronunciadas y barba poblada. El cuerpo atlético está cubierto por detalles historicistas en la vestimenta y correaje.
José Bueno ejecutó con acierto esta estatua de casi 7 m, sobre un pedestal gigante. El monumento, de más de 15 m de altura, destaca por su fuerza y sentido monumental. Hoy es un emblema de Zaragoza, integrado en su paisaje y entorno natural.