No es ningún secreto que en Zaragoza Ciudad nos encantan los misterios y curiosidades. Y es que nuestra ciudad es maravillosa en casi todos los ámbitos, pero con respecto a las leyendas, desde luego, es tremendamente rica. Una de nuestras favoritas gira en torno a nuestro río, pues el Ebro es oscuro y alberga horrores. Sí, has leído bien. Las tranquilas aguas del que guarda silencio al pasar por El Pilar encierran turbios misterios en sus profundidades. Uno de los puntos que más secretos esconde es el Pozo de San Lázaro, una profunda sima de origen artificial ubicada entre las dos arcadas más septentrionales del Puente de Piedra.
El Pozo de San Lázaro, un lugar de leyenda oculto a primera vista
Para algunos vecinos de la ciudad es un lugar marcado por la tragedia, pero para la mayoría es un verdadero desconocido. Localizado al lado de uno de los puentes más emblemáticos de la capital de cierzo, este pozo está oculto a primera vista por las turbias aguas del río Ebro que impiden adivinar la profundidad y los peligros que encierra en su interior. Pero, ¿conocemos su verdadera historia? ¿Qué acontecimientos históricos han tenido lugar en el pozo de San Lázaro? ¿Cuánta gente sabe que en el fondo de éste hay instalada una Virgen del Pilar?
Muchas son las creencias e historias populares que se le relacionan. Algunos zaragozanos todavía aseguran que este pozo no tiene fondo y que está conectado directamente con el mar mediterráneo. Mitos causados por las múltiples desapariciones que han tenido lugar en este espacio. Y es que muchos que se han precipitado dentro de sus aguas jamás han podido salir. Ni vivos, ni muertos.
El origen del mito del pozo de San Lázaro
El pozo debe su nombre al antiguo Convento de San Lorenzo, fundado en 1224, que se alzaba junto al Puente de Piedra en el Arrabal. Este edificio era utilizado para que los enfermos de lepra y apestados de la sociedad vivieran allí sus últimos días. Cuando la vida de estos llegaba a su fin eran arrojados a esta zona del río donde desaparecían para siempre. ¿A dónde iban a parar? Se desconoce su destino. Lo que está claro es que fue en esta época cuando el pozo comenzó a ser sinónimo de muerte, pasando a ser un lugar maldito.
El 31 de agosto de 1250, un niño de siete años que era miembro del coro de La Seo, Dominguito, fue cruelmente crucificado y torturado. Se cree que la motivación de los autores de este acontecimiento atroz fue las rivalidades entre las distintas religiones que convivían en la Zaragoza medieval. Los asesinos enterraron su cuerpo en la orilla del río. Concretamente, al lado de la misteriosa sima. Siete meses después, unos pescadores encontraron los restos del muchacho conducidos por la luz de un fuego fatuo. El joven fue canonizado como mártir y su devoción se extendió por toda España.
El accidente
La madrugada del 19 de diciembre de 1971 sucedió un incidente que marcó la historia de este lugar. Un autobús que atravesaba el Puente de Piedra perdió el control y cayó a las frías aguas del pozo de San Lázaro. El accidente le costó la vida a 10 personas. El resto de pasajeros pudieron ser salvados por los cuerpos de seguridad en un angustioso rescate. Al día siguiente, la operación de extracción de los restos del autobús se truncó al romperse la sirga que lo sujetaba. El autobús cayó al pozo, que lo engulló haciéndolo desaparecer para siempre.
La Virgen de las profundidades del Pozo de San Lázaro
Con la tragedia acontecida en las navidades del 71 las leyendas alrededor de esta sima aumentaron. Cuatro años después, el día de la Hispanidad, un grupo de expertos buceadores quisieron honrar la memoria de las víctimas del siniestro y, a su vez, poner fin al mito que la población había creado. De esta manera, se fijaron como objetivo sumergirse en el pozo hasta alcanzar el fondo y depositar ahí una imagen de la Virgen del Pilar. Fue así como demostraron que la fosa tiene una profundidad de 18 metros y que en su interior no habitan criaturas mágicas, pero sí pudieron vivir en sus propias carnes la peligrosa fuerza de las corrientes que allí se forman. Un riesgo que debemos evitar a toda costa, pues ya conocemos los antecedentes de este misterioso lugar. Una expectación resultado de la fusión entre la realidad y la ficción.