Chocabeat es más que un grupo de rap; es un colectivo impulsado por Giorgiomatic y Ericuxo para plasmar sus inquietudes musicales. Estos artistas aragoneses beben directamente de los ritmos urbanos y de la música electrónica y están dando mucho que hablar. ¿Quieres saber más de ellos? Sigue leyendo y descubre quién hay detrás de esta agrupación.
¿Por qué Chocabeat?
¿Y por qué no? Lo cierto es que el nombre nació de forma sencilla. Nos fuimos juntando en las Jam Sessions que organizaba el Pub El Sótano en Teruel, y fue un cúmulo de bonitas y etílicas coincidencias, hasta que, de repente, el nombre Chocabeat surgió de la idea de algo impactante, que chocase, juntándolo con la palabra inglesa “beat”. Cuando quisimos darnos cuenta el nombre estaba en nuestras cabezas y ya era demasiado tarde. Bueno, y porque Iron Maiden estaba cogido.
¿Cómo y cuándo comienza vuestra aventura musical?
Inicialmente, Gio y Eric iniciaron un proyecto meramente instrumental, pero a raíz de las Jam Sessions que se organizaban en el Pub El Sótano, el colectivo fue recopilando integrantes hasta la formación actual. Primero llegó el Mc y productor Carra, y tras varios conciertos se añadió al colectivo Symon Essence, a quienes poco después se sumarían Potinaider, Julio Drunken (guitarrista también en los Drunken Cowboys) y Aenede, sin olvidar a nuestro Peter Keybol, quién se encarga de todo el apartado técnico y de mantenernos a raya en nuestras continuas y excéntricas ideas.
¿Qué aportáis cada uno al grupo? ¿La mezcla suma? ¿Seguís explorando estilos?
Cada uno aporta cosas diferentes al grupo, sería muy complicado enumerarlas todas. Pero lo bueno de formar un grupo con tantas moscas, es que las influencias musicales de cada uno son diversas, y a la hora de centrarnos en el proceso creativo, tanto los ritmos como las letras no están cerradas a un estilo concreto, no nos ponemos límites. Desde luego que la mezcla suma, de hecho, lo mejor de ser un grupo tan amplio es que cada uno siempre tiene algo distinto que aportar. Desde las influencias musicales y gustos de cada uno, hasta el estilo y la rama artística que cada uno puede controlar más que el resto. Desde la escritura hasta el sonido, o incluso en el apartado visual.
Componéis canciones de gran profundidad, ¿las vivencias hacen al artista?
Sí, por supuesto, pero incluso ya no las propias. Muchas veces las historias que te cuentan personas cercanas, lo que ves a tu alrededor… todo y cualquier cosa influye a la hora de componer, hasta el vuelo de una mosca.
¿Referentes?
Las referencias musicales son muy diversas, ya que somos muchos y no tratamos de parecer a un grupo u otro, sino que lo que buscamos es generar nuestro propio sonido. Entre todos los componentes podemos encontrar referencias que navegan desde el rap más crudo de los 90s, hasta el rock y grunge de la misma época, pasando por una infinidad de estilos muy diversos y diferentes entre sí, aunque siempre con un hilo conductor, la fuerza y la esencia que se transmite.
¿Qué os cuentan vuestros seguidores? ¿Notáis su calor?
Lo que más nos suelen decir es lo que disfrutan en nuestros conciertos y que hay varias canciones con las que empatizan. También agradecen que en directo seamos un extremo y en estudio otro, por extraño que parezca, porque ayuda mucho a disfrutar la misma canción desde perspectivas diferentes.
¿Anécdotas?
Una experiencia que nos ocurre a menudo es que los medios de comunicación confunden nuestro nombre, y nos hemos encontrado de todo, Chocobeat, chocabeck, chocabit, y un largo etcétera que estamos recopilando para nuestro próximo libro: “Chocabeat, ¿qué pasó?”.
¿Creéis que la música independiente tiene suficiente reconocimiento?
Creemos que la gente está cansada del producto prefabricado que ofrece la industriamusical, y que cada vez prefiere escuchar música de calidad, o acudir aconciertos para ver música en directo. Lo que se está demostrando es que no se necesita un gran sello discográfico detrás para hacer buen material, aunque sí para moverlo de una forma más extensa que llegue a grandes públicos. Aunque son barreras que se están viniendo abajo gracias a las redes sociales.
¿Es posible lograr el éxito sin perder esencia?
Por supuesto, y hay grupos que así lo han demostrado. También es cierto que una vez se alcanza el éxito, el artista quiere cambiar y probar cosas nuevas, ya que hacer siempre la misma fórmula aburre. Pero no consideramos que eso sea perder la esencia ni nada similar, la experimentación también forma parte del camino, y en todo caso te motiva a seguir creciendo y reinventando. Lo que comúnmente se llama “esencia” siempre se tiene, y si no existe, la música se convierte en un producto prefabricado que acabará cayendo por su propio peso. O eso nos han contado, de éxito tampoco es que sepamos demasiado (risas).
La pandemia ha impactado con intensidad en el sector musical, ¿cómo salir de esta?
Parece que la gente se contagia en conciertos, pero no en bares, así que, quizás la solución sea beber hasta chocar contra el suelo (risas). Bromas aparte, parece que ahora se está empezando a mover el sector cultural después de tantos palos durante la pandemia, ¿la solución? Quién sabe, pero un buen paso para la música podría ser no tener miedo a organizar eventos estableciendo las medidas de seguridad necesarias, y mirar también por los grupos locales.
¿Dónde os veis en el futuro?
Sinceramente, nos encantaría vernos dedicando todo nuestro tiempo a la música, pero por el momento el trabajo y la vida adulta se roban más tiempo del que nos gustaría (risas).
Ya para terminar, ¿cuál es vuestro rincón favorito de Zaragoza y Teruel?
De Zaragoza, me atrevería a decir que dónde más risas han caído, siempre que hemos tenido la oportunidad de juntarnos todos, sería en la Magdalena con nuestros hermanos de birra-aventuras Los Drunken Cowboys. Buena compañía, buenas cervezas, y sobre todo buenas croquetas. De Teruel, echamos de menos el Pub El Sótano, dónde todo esto se gestó y dónde tantas aventuras hemos vivido (las cuales no podemos contar porque no han prescrito todavía). Si hablamos de algo más turístico, diríamos que gran parte del Matarraña, Albarracín y todo lo que le rodea, y la sierra de Gúdar, son zonas con mucho encanto. Bueno, y toda la provincia, qué diablos.