Todo habitante de Zaragoza lo da por hecho, lo teme y sabe que no hay más remedio que aguantar su presencia. El cierzo nos azota y no suele tener piedad. Es gélido, suelta rachas que arrancan sombreros o te hacen andar más rápido y hace que nuestra piel se resienta. Aúlla en nuestras ventanas y dispara nuestras jaquecas. Pero es nuestro viento, qué le vamos a hacer. Forma parte de nuestra esencia.
Se avecinan días ventosos y pasear por Zaragoza se convierte en una suerte de aventura laberíntica para no llevarse sorpresa al doblar una esquina. Todos sabemos que hay lugares en la ciudad más peliagudos que otros a la hora de experimentar esta fuerza eólica de la naturaleza. A continuación, te presentamos algunos de los puntos más “calientes” (mucha ironía) de la ciudad en cuanto al viento.
- Puente de Piedra y orillas del río Ebro
Es un lugar en el que te va a costar hacerte un selfie con el pelo de una manera que te convenza. No luches contra el cierzo; es una batalla perdida. En este punto los vientos ganan fuerza, pues las orillas del río canalizan y potencian la velocidad del viento, proporcionando una gran experiencia a aquellos que disfrutan de sensaciones intensas.
- Paseo Echegaray y Caballero
Cercano al curso del río, este paseo es propicio para sentir la brisa más vigorosa. Las avenidas que flanquean el Ebro atraen corrientes de aire que, en días ventosos le dejan a uno los huesos helados. La esquina con César Augusto es especialmente divertida.
Consejo: taparse bien el cuello, que es uno de los puntos que más sensación de frío proporcionan.
- Parque Grande José Antonio Labordeta
Y, en general, todas las zonas verdes y abiertas de la ciudad. Su extensión y la escasa presencia de edificaciones altas se convierte en un lienzo perfecto para el viento. Si encima te acercas a la fuente de El Batallador, es posible que entiendas que, en la vida, no siempre habría que mojarse.
- Vientos de barrio
Algunas áreas de los barrios periféricos, especialmente aquellas en terrenos más altos y abiertos, son susceptibles a vientos más enérgicos. Torrero, Miralbueno, Oliver y Valdefierro son como para no salir ni a comprar el pan según qué días.
- Las temidas esquinas
Dejamos lo mejor para el final. Las odiadas esquinas. Da igual las veces que hayas pasado por ellas, siempre acaban sorprendiéndote. Aquí nuestro ranking de encrucijadas para salir volando:
- Paseo Sagasta con Gran Vía: sin comentarios
- Camino de las Torres con Cesáreo Alierta: pero, ¿por qué he salido de casa?
- Gómez Laguna con Vía Hispanidad: ¡socorro!
- Gertrudis Gómez de Avellaneda con Pablo Ruiz Picasso, en el Actur: tela
- San Ignacio de Loyola con Damas: suerte por los porches de Ibercaja.
- Mefisto y Constitución: Let it gooooo, let it gooooo
- Avenida San José con calle Matadero: literalmente, el matadero
- Vázquez de Mella con Isabel la Católica: a no ser que vivas allí, evítala a toda costa
- Plaza Reina Sofía con Santuario de Cabañas: Siberia
- Plaza del Pilar: Winter is coming
¿Conoces algún otro punto donde el viento sea especialmente cruel? ¿El cierzo te inquieta, te atormenta o te perturba? No estás sol@. No te preocupes y saca tajo de la situación: al fin y al cabo, las penas se las lleva el viento.