La festividad de San Jorge, que coincide con la fiesta del libro, se celebra en muchas partes de España y de diferentes maneras. Sin embargo, la fama de este mártir cristiano traspasa las fronteras nacionales, siendo patrón de Inglaterra y un emblema en países como Grecia o Georgia. En lo que se refiere al personaje, hay que decir que ha servido como influencia para muchas obras de carácter literario y del mundo fantástico, provocando que sus leyendas y mitos puedan incluso superar a la verdadera historia de San Jorge.
En este artículo se va a explicar cómo fue la vida del patrón de Aragón, así como dos de las principales leyendas que dan pie al símbolo en el que se ha convertido y cómo se rinde culto a San Jorge. ¡Vamos a ello!
La verdadera historia de San Jorge
Basándose únicamente en la información real con respecto a la vida de San Jorge, hay que decir que fue un soldado cristiano de Roma. En tiempos del Imperio Romano, la hermandad cristiana fue perseguida y, en parte, aniquilada por varios sangrientos emperadores que alcanzaban el máximo mandato de la superpotencia.
Aunque bien es cierto que no todos los dirigentes de Roma eran perseguidores sanguinarios de los cristianos, San Jorge tuvo la desgracia de coincidir de forma coetánea con el emperador Diocleciano. A parte de la guerra contra Persia, este peculiar gobernante pasó a la historia como uno de los principales azotes del cristianismo en la Edad Antigua. Por tanto, los intereses de Diocleciano estaban radicalmente enfrentados con las convicciones religiosas de San Jorge.
Martirio y ejecución del patrón aragonés
Estar en contra del marco ideológico de un poder absolutista y tiránico siempre suele tener un alto coste. En el caso de San Jorge, a pesar de haber servido en cuerpo y alma para Diocleciano, no fue distinto. Su brillante carrera militar le otorgó “el privilegio” de poder renunciar a su fe cristiana y someterse al culto de los ídolos de Roma.
Ante la negativa de San Jorge, se ordenó que fuera torturado y ejecutado para servir de advertencia a toda la fe cristiana. Y, como no podía ser de otro modo, el efecto fue precisamente el contrario: su decapitación provocó miles de conversiones al cristianismo.
Protector de los soldados y caballeros
Conforme avanzaron los años, la atractiva historia de ese soldado romano que antepuso sus valores a su propia vida resultó idílica para convertirla en una causa por sí misma. De este modo, San Jorge fue canonizado y convertido en todo un héroe de la etapa medieval en Europa. Por tanto, sirvió de inspiración para numerosos caballeros, soldados y templarios en los conflictos bélicos de este período histórico. Por este motivo, San Jorge se convirtió en protector de los cruzados en la conquista de Jerusalén.
San Jorge y el dragón, la leyenda mitológica
Dejando a un lado la historia real de San Jorge, vamos a explicar una de las principales leyendas que giran en torno a su figura y sin la que no se entendería el mito. Se trata de su enfrentamiento contra un poderoso y temido dragón.
Durante su periodo militar al servicio del Imperio Romano, San Jorge fue el artífice de la liberación de la ciudad libia conocida como Silca. Sin embargo, no salvó a la población de un gobierno tiránico y dictatorial que lo exprimía, sino que los liberó de las garras y del chantaje de un gigantesco dragón.
La gente de Silca, coaccionada, se veía en la obligación de alimentar a este ser mitológico que habitaba en un lago cercano a la ciudad. Para cumplir con las amenazas, el pueblo no tenía más remedio que ofrecerle ovejas para salvar sus propias vidas. Como si de una plaga se tratase, la presencia del dragón acabó con todo el ganado local, lo que provocó tener que tomar una desesperada y drástica medida: ofrecerle jóvenes mujeres elegidas por sorteo para que prevaleciera la ciudad.
Momento crítico
Ante esa situación límite y arbitraria, un desafortunado día le tocó a la hija del rey de Silca. En el momento de la ofrenda y del sacrificio, cuando los dientes del dragón estaban a escasos milímetros de la yugular de la princesa, apareció un valeroso soldado montado en un caballo blanco.
La poca capacidad de reacción del dragón dio ventaja a San Jorge, quien clavó su lanza en el pecho de la malévola criatura, dejándolo malherido y salvando a la princesa y al pueblo de Silca. Con el cuerpo del dragón expulsando sangre sin cesar, San Jorge se presentó en el pueblo y pidió ser bautizado para poner fin a la tiranía de forma definitiva. Su deseo fue concedido y acabó para siempre con la maldición de Silca.
También cuenta la leyenda que, en el brote de sangre que expulsaba el dragón, nació un ramo de hermosas rosas. San Jorge decidió ofrecer dicho ramo a la princesa que acababa de rescatar como muestra de afecto.
La batalla de Alcoraz
Otra de las leyendas que convirtieron a San Jorge en un emblema tuvo lugar en Huesca. Fue en el conflicto bélico conocido como la batalla de Alcoraz, donde Pedro I de Aragón se enfrentó a los musulmanes. En los campos donde tuvo lugar la trascendental contienda, se dice que apareció un inmaculado caballero que se unió a las huestes aragonesas. Era una silueta imponente, bien armada y que peleaba con una bravura incuestionable. Moros y cristianos quedaron atónitos ante su forma de combatir.
La intervención de San Jorge sirvió para decantar la balanza hacia el lado del rey Pedro I, quien logró la conquista de Wasqa (la Huesca musulmana) y la integró en el Reino de Aragón. Fue el primer gran logro de una monarquía joven que, poco a poco, se iba expandiendo hacia el sur de la península. Sin embargo, la figura de este resplandeciente caballero desapareció del campo de batalla tras la contienda sin poder recibir reconocimiento alguno por la batalla de Alcoraz, Huesca.
En honor a esta leyenda, la capital altoaragonesa homenajeó la presencia con la construcción de una ermita en la misma ubicación donde antaño había una iglesia en homenaje al caballero. Se trataba del lugar exacto donde tuvo lugar la batalla de Alcoraz. Los dos emplazamientos cristianos compartían nombre: San Jorge.
https://www.huescalamagia.es/
Fiesta de San Jorge en Aragón
En el territorio aragonés, como en otros muchos lugares, la festividad de San Jorge, patrón de Aragón, tiene lugar el 23 de abril. Aunque también coincide con la fiesta del libro, hay que decir que esta segunda se ubicó en esta fecha porque coincide con el aniversario de la muerte de Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega. A su vez, las leyendas de San Jorge están estrechamente vinculadas a la literatura, de modo que ambas fechas señaladas tienen coherencia entre sí.
En lo que se refiere a la tradición, en Aragón se suele celebrar San Jorge regalando un libro a alguna persona especial. Por otro lado, los enamorados obsequian con una rosa a las amadas, inspirados en la leyenda del dragón donde San Jorge hizo lo propio con la princesa.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.