Paseando por el Barrio de la Magdalena, además de sus restaurantes y pequeños comercios con encanto, encontrarás uno de los templos mudéjares más bellos y mejor conservados de Zaragoza. Es la Iglesia de Santa María Magdalena, una de las más antiguas de la ciudad. Fue construida tras la reconquista cristiana y tras varios años de restauraciones, por fin está abierta al público. ¿Ya la conoces? Seguro que si te decimos que se ve cuando vas de Juepincho, ya sepas cuál es. ¿Te apetece saber algo más de ella? Así la próxima vez que salgas por la zona, podrás detenerte y sabrás de lo que estamos hablando.
El gallo de la Iglesia de la Magdalena
El estilo de esta iglesia es igual que el de otros templos mudéjares de Aragón, como San Miguel de los Navarros y San Gil Abad. El actual fue construido a mediados del siglo XIV y sufrió varias reformas a lo largo de su historia. Durante las más recientes, se descubrieron restos de una antigua mezquita islámica y por debajo de estos, restos romanos. Esto es algo muy común en Zaragoza, ya que la ciudad fue muy importante para todas las culturas que pasaron por la Península.
Pero sin duda, una de las curiosidades más sorprendentes de la Iglesia de la Magdalena es su veleta en forma de gallo, símbolo del barrio y protagonista de su pasacalles. ¿Nunca te has fijado? Además, si no lo sabes todavía, es otro de los nombres populares por los que se la conoce, la parroquia del Gallo. Y si te has quedado con ganas de más, ¡visítala ya! porque por mucho que te contemos, la belleza de esta iglesia reside en admirarla.
¿Te apetece una visita para conocer todos sus secretos?
Si te animas a visitar la Iglesia de la Magdalena, su entrada es gratuita pero si, además, quieres conocer más secretos de este templo declarado Bien de Interés Cultural, puedes reservar tu visita guiada con el grupo Alma Mater Museum por 5€ los jueves en horario de 11:00 y 17:30 h y los sábados a las 11:00 h. Te prometemos que la visita va a merecer la pena. Y después, puedes dar un paseo por el barrio de la Magdalena, perderte por sus calles con encanto y por sus bares. ¿Te animas?