Encontrar una poza cercana a Zaragoza, bonita, fresca y no muy masificada es casi imposible. Casi. El Pozo de los Chorros, en concreto, es difícil de encontrar aunque vayas a buscarlo “de propio”. Haciendo una labor de solidaridad, te lo descubrimos.
¿Dónde está? En Belchite. El GPS te dirá que está en Almonacid de la Cuba. Miente. No le hagas caso. Si lo sigues sólo llegarás a las callejuelas del pueblo. Son muy amables y te indicarán, pero están hasta las narices de que le pregunten por la poza. Con razón. Dejémosles vivir tranquilos.
Cómo llegar al Pozo de los Chorros
Lo que tienes que hacer es entrar en Belchite. Pasa de largo lo viejo y sigue la carretera hasta que veas a tu izquierda dos silos grandes y antiguos. Una vez ahí, métete por el camino que queda justo antes, donde está el taller mecánico Belcar. Y, ¿una vez aquí? Avanza un poco y verás “el cartel”. Ay, el cartel. Si has preguntado y te han dicho que hay uno, no les creas. No es un cartel, es una pintada. Es esto.
Bonito, no es el más bonito, pero indica genial. Sigue su flecha y llegarás a una bifurcación. Sigue hacia la izquierda, por debajo del puente. A partir de ahí, todo recto hasta el infinito, hasta que no es posible seguir. Los lugareños te dicen que ignores las señales de prohibido el paso. Se puede dejar el coche en la primera señal y hay una caminata larga, de una hora más o menos. Se puede dejar en la segunda y hay 5 minutos andando. Se puede llegar hasta el final y hay medio minuto andando. Nosotr@s siempre aconsejamos seguir las normas y señales. Eso sí.
Foto @pai_mema
Una vez pasas esa segunda señal en la que pone que entras en una propiedad privada y no pueden pasar coches, dejas una finca a la izquierda. La bordeas. Y ahí ya escuchas la cascada. Sigue el sonido. El aroma del agua. El fresquito. Y llegarás al Pozo de los Chorros.
Es una maravilla natural y tiene mucha profundidad. Subiendo por un caminito se puede llegar a la parte de arriba de la cascada y saltar, pero con cuidado porque el paso no es fácil. Sólo es apto para gente intrépida y en forma, si no lo veis claro, quedaos en el agua que está buenísima y se está de lujo.
Foto @sandra_sda12
Y a partir de aquí, ¡a disfrutar! Sólo una cosa, que siempre hay que recordar. Nunca, jamás, en ningún momento dejes ni una colilla, ni una lata, ni un papel. Además a la salida hay contenedores, no hay excusa. Y no solo porque sea una marranada y haya que cuidar la naturaleza, es que además el acceso pasa junto a una finca privada. Si no se cuida el entorno, puede que un día los dueños del acceso que tan amablemente dejan pasar a la gente, se cansen y lo cierre. Cuidémoslo con cariño, porque es una maravilla que no queremos perder.