Con el anuncio de una posible nevada en Zaragoza debido a la llegada de un frente marítimo polar, no podemos evitar recordar las imágenes que nos regaló la borrasca Filomena el 9 de enero de 2021. Nuestra ciudad se convirtió en Invernalia, Arendelle y Narnia juntas, y todos los que presenciamos esa sensación de cuento de hadas supimos al instante que se trataba de un momento único e irrepetible.
El parque Grande se convertía en una pista de esquí improvisada, el Pilar parecía un palacio encantado en medio de la Rusia de los zares y las calles se llenaban de gente que recuperaba las ganas de jugar tras un año marcado por los estragos de la pandemia. Hemos seleccionado en Instagram seis de las estampas que más nostalgia nos evocan de aquel día mágico para recordar que el frío a veces nos trae algo más que ropa térmica y resfriados.
Una imagen del Pilar que ni la entradilla de Disney
@rosa_mary_52 compartía esta imagen de la vista más icónica de Zaragoza. Todos los que pudieron presenciarla fueron testigos de que nada puede superar la belleza que crea la Naturaleza. Ver con tus propios ojos algo que ocurre tan pocas veces es indescriptible.
¿El muro o la Aljafería?
Hasta el mismísimo Jon Nieve se habría equivocado de muro al ver esta Aljafería que @proyectopandora inmortalizaba. Sin caminantes blancos a la vista ni dragones merodeando por el cielo, daba gusto contemplar cómo habían cambiado las cosas de la noche a la mañana.
Próxima estación: Siberia
No faltaron imágenes como las que nos traía @photos.angeloo del tranvía abriéndose paso en una Zaragoza más lapona que del sur europeo. No sabemos qué tienen los trenes en medio de la nieve, pero sin duda resultan de los más embelesador.
Aslan por partida doble
Zaragoza no tiene nada que envidiar a Narnia, pues le sobran leones. Los del puente de Piedra lucían especialmente imponentes aquel día, como bien se aprecia en esta foto de @josejuanotalmonton. Déjense de brujas y de armarios.
Que alguien le traiga unos guantes
Nuestro Ángel de la Ciudad, obra de Pablo Serrano, aguantó el tipo como ninguno sosteniendo a nuestra querida Zaragoza sin pestañear. @sergio_sebastian dejó constancia de este simbólico momento. Toda la ciudad estaba encantada con la llegada de la nieve y nuestro ángel nos dejaba disfrutarla sabiendo que no dura mucho ni se volvería a repetir algo así en mucho tiempo.
Belleza compartida
@davidsecan nos conquistaba con este momento arrebatador: Zaragoza encantada bajo un manto blanco y dos personas compartiendo ese instante. No sabemos quiénes son, pero seguro que en sus memorias permanece el encanto de haber presenciado juntas tanta belleza.
La nieve trae quietud, luz, frío, caos en las calles, imágenes increíbles y también peligro en su deshielo, pero quizás lo más importante sea que en cuestión de unas horas nos brinda una imagen renovada de lo que vemos cada día de la misma manera. Esa forma de cambiar de escenario, de sentirse parte de una ciudad cambiante y de sacar a nuestro niño interior fueron un verdadero regalo. Ojalá el revisitar ese día os haya recordado ese atisbo de lo que es el antónimo absoluto de la rutina.