Si pensamos en los lugares más emblemáticos de Zaragoza sin duda uno de ellos es el Palacio de la Aljafería, y no solo por su importancia arquitectónica y artística, sino, además, por toda la historia que encierra dentro. Y es que se podría decir que todo lo que ha pasado en Aragón ha pasado por la Aljafería.
El palacio árabe de la Aljafería
Si nos remontamos al origen, el Palacio de la Aljafería fue construído a mediados del siglo XI por Al-Muqtadir, rey de la Taifa de Zaragoza, que por aquel entonces tenía un gran poder, así como un alto nivel tanto en cultura como en ciencia. Es curioso que el Cid en esa época estuvo trabajando para los reyes de la Taifa de Zaragoza conteniendo el avance de los aragoneses del rey Sancho Garcés. Sí, has leído bien, un cristiano trabajando con musulmanes para detener cristianos. Hay que decir que es el único edificio que queda en la península de la época taifal, lo que le da una gran importancia, de hecho es el palacio musulmán más al norte del mundo.
En su construcción fue llamado Qasr al-Surur, que significa «palacio de la alegría», y el nombre por el que lo conocemos todos no viene por Jaffar, el malo de Aladdin, pero parecido. Aparece por primera vez en un texto de Al-Yazzar as-Saraqusti, un famoso poeta zaragozano de esa época, en el que también se nombra al arquitecto del palacio (que era eslavo, ¡toma globalización medieval!), y deriba de Abu Ya’far, el prenombre de Al-Muqtadir.
De esta época queda la mayoría la parte interior, el patio de Santa Isabel, las estancias del lado norte y sur, el salón dorado, la mezquita, el oratorio y el pórtico de entrada.
Ver esta publicación en Instagram
Palacio mudéjar
Tras la conquista de Zaragoza por Alfonso I en 1118 se habilitó como palacio residencial e iglesia, pero no se hicieron grandes modificaciones hasta el reinado de Pedro IV «El Ceremonioso» en el siglo XIV cuando se hicieron ampliaciones en las estancias y se edificó la iglesia de San Martín. Durante toda esta época siguió teniendo importancia como residencia de los reyes aragoneses en Zaragoza y tenía un papel en las ceremonias de coronación, ya que era el punto de inicio en el camino hacia la Seo.
Estas reformas se hicieron en el estilo de arte mudéjar y fueron muy respetuosas con lo que ya había construido (con lo que le gustaba tirar a la gente en esa época, mira lo que queda de románico en el Pilar) y se concentran sobre todo en las estancias norte. Lo más destacable son los techos de madera que a todos nos gustaría tener en nuestras casas.
Palacio de los Reyes Católicos
A finales del siglo XV, La Aljafería le gustaba bastante a los Reyes Católicos como residencia de recreo, así para estar de visita, por lo que encargaron ampliar las estancias norte con un piso más. Aunque la obra fue gorda, se siguió respetando bastante toda la imagen (y van tres), mérito de los artesanos moriscos que la llevaron a cabo. Aún así ya hay muchos detalles que anuncian el Renacimiento que está por llegar, y la manía que tenía esta gente de poner sus simbolitos y sus lemas por todas partes (luego dicen de los emojis), como el monta tanto y el yugo y las flechas.
También de esta época es la escalera monumental que da acceso a la planta y sobre todo el salón del trono, donde se puede decir que se quedaron bien a gusto. El artesonado del techo de este salón solo se puede describir como espectacular, y como además estos reyes eran sobre todo muy modestos hicieron escribir en latín lo que traducido vendría a decir: «Fernando, rey de las Españas, Sicilia, Córcega y Baleares, el mejor de los príncipes, prudente, valeroso, piadoso, constante, justo, feliz, e Isabel, reina, superior a toda mujer por su piedad y grandeza de espíritu, insignes esposos victoriosísimos con la ayuda de Cristo, tras liberar Andalucía de moros, expulsado el antiguo y fiero enemigo, ordenaron construir esta obra el año de la Salvación de 1492.» Lo llegan a finalizar con gif de deal with it y lo redondean.
Ver esta publicación en Instagram
Cárcel y cuartel
Y lo que era un sitio feliz para el recreo de los reyes cristianos se torció un poco cuando se empezó a usar como sede del Tribunal del Santo Oficio (nobody expects the spanish inquisition) y se utilizó la Torre del Trovador (luego vamos a eso) como cárcel de la inquisición para los reos. Y de lo que parecía el buscar una simple utilidad a un espacio, pues otro ejemplo de lo que un hecho histórico cambia las cosas.
Cuando a finales del siglo XVI hubo todo el lío de Antonio Pérez con Felipe II y el hecho de acogerse al derecho de manifestación propio de los Fueros de Aragón, se le encerró en las cárceles de la Aljafería, ya que la Inquisición tenía poder en todo el territorio por encima de fueros, pero se montó una revuelta y fueron a liberarlo con el sabido resultado, un justicia ajusticiado, fueros cambiados y una estatua en la Plaza de Aragón. Pues bien, con todo este lío Felipe II pensó que estaría bien remodelar el Palacio de la Aljafería como cuartel, ya que su situación extramuros era bastante estratégica. En esta reforma se fortificó con muros almenados y torres en las esquinas (quedan dos en la parte trasera) y se hizo el foso.
La Aljafería y las guerras
Y ya que era un cuartel, pues a usarlo cuando toca. En la Guerra de Sucesión del siglo XVIII fue utilizado como residencia de soldados franceses partidarios de los Borbones (recordemos que Aragón era pro-Austrias), pero tuvo más movimiento en la Guerra de la Independencia, también con franceses (la casualidad…).
Al ser el cuartel y polvorín principal de la ciudad, con el levantamiento la población se dirigió a la Aljafería para coger armas y preparar la defensa del primer sitio, así un poco en plan improvisado, y por el mismo motivo podemos imaginarnos qué sitio es casi el primero que atacaron los franceses. En esta guerra sufrió muchos daños, como toda la ciudad, pero así como otras joyas como el convento de Santa Engracia quedaron en nada, este aún se libró bastante.
Ver esta publicación en Instagram
Abandono y recuperación de la Aljafería
A finales del siglo XIX, tras unos intentos de rehabilitar el edificio para no perderlo, pasó a ser propiedad del Ministerio de Guerra y su deterioro no solo continuó si no que se aceleró. Se usó exclusivamente como cuartes e incluso en los años 60 se cubrieron los decorados con yeso (alguno querría enlucir el sitio), y ya no fue hasta el año 1984 cuando al ser designado como la sede de las Cortes de Aragón comenzó la restauración que podemos ver actualmente, recuperando gran parte de todo lo que casi se había perdido a esas alturas.
¿Y Verdi qué hace en el Palacio de la Aljafería?
En el Siglo XIX Antonio García Gutiérrez escribió un drama al más puro estilo Romeo y Julieta o Amantes de Teruel sobre un trovador enamorado que era encerrado en esa torre por el Conde de Luna y un montón de líos que pasan, ya os podéis imaginar. Pues Verdi, que era un poco como el Spielberg de la época pero haciendo óperas, se fijó en esta historia e hizo basándose en ella Il Trovattore. Curioso es que la torre se llama así por la obra, y no la obra por la torre, así como curioso es que no se le haya sacado más partido a esta historia. Prácticamente tenemos en Zaragoza una calle y un edificio llamados así y muchísima gente de la ciudad ni siquiera lo conoce.
Ver esta publicación en Instagram
¿Cómo puedo ver el Palacio de la Aljaferia Zaragoza?
El horario para poder hacer la visita al Palacio de la Aljaferia es el siguiente:
- De abril a octubre: todos los días* de 10 a 14 h y de 16:30 a 20 h. Visitas guiadas a las 10:30, 11:30, 12:30, 16:30, 17:30 y 18:30 h.
- De noviembre a marzo: de lunes a sábado* de 10 a 14 y de 16 a 18:30 h. Domingos: 10 a 14 h. Visitas guiadas a las 10:30, 11:30, 12:30, 16:30 y 17:30 h.
*Algunos jueves y viernes (y también otros días esporádicos) puede haber sesión plenaria. Cuando esto suceda, el palacio permanecerá cerrado, salvo para grupos previamente concertados. Más información en la web de Las Cortes de Aragón.
Y puedes reservar tu visita haciendo clic aquí.