Hoy, en nuestra sección de personajes de Zaragoza, queremos daros a conocer un poco más sobre María Moliner. Una gran mujer que ha pasado a la historia de nuestra ciudad y a nivel mundial.
Una de las primeras mujeres de Aragón en estudiar Bachillerato y una carrera universitaria. Pionera como profesora y lexicógrafa excepcional que revolucionó la forma de ver nuestra lengua materna.
María Moliner. Lexicógrafa y emprendedora
Biografía
María Juana Moliner Ruiz
Paniza, Zaragoza, 30 de marzo de 1900.
Madrid, 22 de enero a de 1981.
Bibliotecaria, filóloga y lexicógrafa española.
A los dos años se mudó con su familia a Soria y poco después a Madrid. Fue ahí dónde comenzó a estudiar en la Institución Libre de Enseñanza. Cuando cumplió los 14 años de edad, su padre los dejó y se fue a Argentina. Un año más tarde, su madre, Matilde, decidió regresar a Zaragoza. María comenzó a dar clases de latín, matemáticas e historia y gracias a esta labor su familia (compuesta de su madre, un hermano mayor y una hermana menor) consiguió la economía suficiente para salir adelante.
Unos años más tarde, cuando María Moliner acabó el bachillerato comenzó a trabajar como lexicógrafa y filósofa en el Estudio de Filología de Aragón, donde ayudó a la realización del Diccionario aragonés. Además, consiguió las mejores calificaciones en la licenciatura de Historia en la Universidad de Zaragoza de su promoción.
En 1924 María Moliner consiguió una plaza como funcionaria para el Cuerpo Facultativo de Archiveros Bibliotecarios, Bibliógrafos y Arqueólogos aprobando unas oposiciones, por lo que se fue a Murcia a trabajar. En este mismo año comenzó a dar clases en la Universidad de Murcia, siendo así la primera mujer en hacerlo. Es en esta ciudad dónde conoce a Fernando Ramón de Ferrando y con quien se casa. Es en esta ciudad dónde nacieron sus dos primeros hijos, Enrique y Fernando. A comienzos de los años treinta se mudan a Valencia dónde tienen dos hijos más Carmen y Pedro.
Proyectos y trabajos de María Moliner
Durante la década de los años treinta fue activista en la política bibliotecaria nacional, participó junto con la Institución Libre de Enseñanza en diferentes proyectos como las Misiones Pedagógicas (proyecto de solidaridad cultural patrocinado por el Gobierno de la Segunda República Española), dónde en 1937, en plena Guerra Civil, colaboró en la publicación de las Instrucciones para el servicio de pequeñas bibliotecas.
Además, a mediados de la misma década escribió Bibliotecas rurales y redes de bibliotecas en España dónde reflexiona sobre asuntos como la divulgación cultural. Ayudando así al impulso cultural en todos los sitios.
Dirigió la Biblioteca de la Universidad de Valencia y colaboró en la Junta de Adquisición de Libros e Intercambio Internacional. Fue vocal de la Sección de Bibliotecas del Consejo Central de Archivos, Bibliotecas y Tesoro Artístico. Dónde además fue la responsable del departamento de las Bibliotecas Escolares.
En 1939 María vuelve a trabajar en el Archivo de Hacienda de Valencia después de ser víctima de la depuración franquista del magisterio español tras la fracaso de la Segunda República.
A los años consigue un puesto en la Biblioteca de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid, llegando a ser su directora hasta su jubilación en 1970.
DUE – Diccionario de Uso del español
A principios de los años cincuenta, María Moliner, comenzó a recopilar palabras, un trabajo que la mantuvo ocupada durante unos diecisietes años aproximadamente. Este libro, este diccionario, lo redactó en su casa y a lápiz.
Todas las palabras venían no sólo con sus definiciones, sino que además María añadió a cada una de ellas sus sinónimos, y ciertas indicaciones gramaticales con ejemplos para ayudar al usuario al correcto uso del lenguaje.
«La denominación «de uso» aplicada a este diccionario significa que constituye un instrumento para guiar en el uso del español tanto a los que lo tienen como idioma propio como a aquellos que lo aprenden».
María Moliner
Recogía palabras que la RAE todavía no contemplaba en su diccionario ordenadas etimológicamente. Además este diccionario recogía la Ll y la Ch ordenadas detrás de las letras L y C. Esta primera versión fue publicada en 1966-1967.
«El diccionario más completo, más útil, más acucioso y más divertido de la lengua castellana».
Gabriel García Márquez
El Diccionario de Uso del español, tuvo una gran repercusión ya que tenía muchas novedades y reflexiones sobre este idioma.
Esta acogida fue tan grande que María se propuso entrar en la Real Academia Española (RAE) pero fue rechazada. Cuando recibió esta negativa, ella contestó: “¿Qué podía decir yo si en toda mi vida no he hecho más que coser calcetines?”.
En 1955 firmó un contrato con la editorial Gredos para publicar su diccionario. Esta segunda versión no saldría a la luz hasta 1998. Esta edición sufrió muchos cambios, entre otros la ordenación alfabéticamente de las palabras y la modificación de muchas de ellas.
«El diccionario de la Academia es el diccionario de la autoridad. En el mío no se ha tenido demasiado en cuenta la autoridad»… «Si yo me pongo a pensar qué es mi diccionario me acomete algo de presunción: es un diccionario único en el mundo».
María Moliner
Se han seguido haciendo ediciones de este diccionario actualizando y renovando el libro en los años 2007 y 2016.
María Moliner una mujer pionera con espíritu emprendedor
Entre las primeras mujeres que realizaron estudios de bachillerato en Aragón, fue ella, María Moliner. Buñuel fue uno de sus compañeros de instituto junto con Sender. También fue una de las primeras mujeres licenciadas en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza obteniendo una de las mejores calificaciones de su promoción consiguiendo así el Premio Extraordinario. Además fue la primera mujer profesora en la Universidad de Murcia.
María Moliner tuvo un gran espíritu emprendedor gracias al que impulsó un cambio educativo y social. Formó a muchas personas para que fueran conociesen de sus derechos, ayudándoles a desarrollarse para que fuesen libres y responsables. Además, creó una red de bibliotecas rurales con la que ayudó al impulso cultural acercando los libros a todas las personas.
«La educación es la base del progreso: considero que leer es un derecho incluso espiritual y que, por tanto, cualquier ciudadano en cualquier lugar tiene que tener a mano un libro o los libros que deseara leer»
María Moliner