El simbolismo de los gigantes y cabezudos en las Fiestas del Pilar

Durante las Fiestas del Pilar en Zaragoza, la comparsa de gigantes y cabezudos es uno de los elementos más esperados y simbólicos. Representan tradición, identidad festiva y vínculo con el patrimonio cultural local. En 2025, volverán a recorrer calles y barrios ofreciendo espectáculo, presencia festiva y un lazo visual con generaciones pasadas.

A continuación exploramos su origen, los personajes más conocidos y los momentos más destacados del desfile durante el Pilar.

Origen y evolución de la comparsa

La tradición de los gigantes y cabezudos en Zaragoza hunde sus raíces en lo religioso y lo festivo. Se tiene constancia de que el rey Alfonso V introdujo desfiles similares en Zaragoza en el siglo XV, inspirado por celebraciones italianas que combinaban lo solemne con lo lúdico.

En Zaragoza, la comparsa ha experimentado transformaciones significativas a lo largo del tiempo. En el siglo XIX comenzaron a aparecer figuras que representaban los continentes, y más adelante, en torno a 1860, se consolidó una nueva generación de gigantes y cabezudos con nombres que todavía hoy perduran. En la actualidad la comparsa está compuesta por 14 gigantes y 11 cabezudos, cien por cien emblemáticos de la ciudad.

Las figuras antiguas han sido renovadas en diversas ocasiones. En los años ochenta, se agregaron nuevos gigantes (Gastón de Bearn y la Dama Bearnea) y en 1999 se llevó a cabo una importante renovación de la comparsa para actualizar sus formas. En cuanto a los cabezudos, algunos personajes datan del siglo XIX, mientras que otros son ingresos más recientes, como “La Pilara”, incorporada en 1982 como homenaje a una cantante local, y otras figuras de memoria urbana.

Personajes emblemáticos y su simbología

Cada gigante y cabezudo de Zaragoza va más allá de la imagen: tiene un trasfondo, con historias propias que conectan con la ciudad, sus leyendas o personajes locales. Aquí algunos ejemplos destacados:

• El Rey / La Reina: tradicionales en la comparsa, representan autoridad simbólica y majestuosidad festiva.
• El Chino y La Negra: son dos de los personajes más antiguos; el Chino recuerda la vinculación histórica con territorios filipinos, mientras que La Negra evoca mitos y personajes femeninos exóticos en los repertorios festivos.
• Don Quijote y Dulcinea: vinculados con la literatura universal, su presencia permite vincular la tradición local con la cultura española más amplia.
• El Morico: es el cabezudo más popular y reconocido, con una estética llamativa y versos populares que acompañan su desfile.
• El Tuerto: otro de los cabezudos clásicos, con fuerte presencia popular y ropajes distintivos.
• El Forano y la Forana: pareja simbólica que representa la llegada de personajes del campo o de otros pueblos para participar en las fiestas de la gran ciudad.
• El Verrugón: figura cuyos rasgos exagerados remiten a concepciones satíricas del poder público.
• El Torero: evoca la tradición taurina, con ropajes propios del mundo del toreo y carácter simbólico en las fiestas.
• El Robaculeros: personaje más “travieso”, con carácter divertido, que interactúa con público, callejea y genera sorpresa.
• La Pilara: uno de los integrantes más modernos de la comparsa, representando la cultura popular contemporánea (como homenaje a una figura musical local).
• El Boticario, el Azutero, la Cigarrera: personajes que a menudo hacen guiños a la memoria urbana, profesiones antiguas o historias del día a día de Zaragoza.

Las figuras son de fibra de vidrio y pueden tener un peso que oscila entre 50 y 65 kg; algunas alcanzan alturas de más de 4 metros, lo que exige destreza y fuerza por parte de quienes las portan.

El baile de gigantes y cabezudos es casi ritual. La comparsa cuenta con una coreografía que acompaña los recorridos: al ritmo de la jota aragonesa “Gigantes y Cabezudos”, los gigantes giran de forma ritmada y, al final, suelen “besarse” o encontrarse en un gesto simbólico que genera aplausos y emoción del público.

Momentos destacados durante las Fiestas del Pilar 2025

La comparsa municipal de gigantes y cabezudos tendrá presencia destacada a lo largo de las fiestas con múltiples salidas por el centro y los barrios. Se espera que realice al menos nueve salidas, pasando por lugares como el Hospital Infantil, la Plaza del Pilar y distritos como San José, Romareda, Casetas, Montecanal, Puerto Venecia, La Jota y Monzalbarba.

Uno de los momentos más señalados es “El Pilar en el centro”, que concentra un desfile a mediodía desde el Ayuntamiento (Plaza del Pilar) como parte fundamental del programa oficial. También hay salidas vespertinas en barrios y puntos periféricos, con recorridos adaptados para conectar con la mayor cantidad de público posible.

En el desfile del pregón del día 4 de octubre, los gigantes y cabezudos se integran en el bloque final del desfile, tras la presentación de símbolos festivos y artísticos, ampliando el efecto visual y el impacto simbólico del acto inaugural.

Durante los días de fiesta, el “Tragachicos” —otra figura festiva infantil ligada a la comparsa— recorrerá zonas clave de Zaragoza como la Plaza del Pilar, la Universidad, Parque Grande, Actur, Miralbueno o Puerto Venecia para sorprender a los niños con visitas sorpresivas.

No habrá desfile de gigantes y cabezudos el día 12 de octubre, jornada central del Pilar (Día de la Hispanidad). Sin embargo, el resto de días la comparsa hará apariciones continuas, en distintos puntos de la ciudad, a distintas horas.

Significado profundo y valor simbólico

Las figuras de gigantes y cabezudos no son solo ornamentales: representan la memoria colectiva de Zaragoza, la vinculación del pasado con el presente, la mezcla de lo religioso con lo lúdico y la alegría del encuentro ciudadano. Al desfilar por calles y barrios, transmiten continuidad festiva y refuerzan el sentido de identidad local.

También tienen un papel de inclusividad: acercan la fiesta a los niños, a quienes las sorprendentes dimensiones y gestos les fascinan; provocan interacción con el público; fomentan la transmisión generacional de la tradición y recuerdan que la fiesta no es solo espectáculo sino parte del patrimonio intangible de la ciudad.

En 2025, con la programación oficial ampliada y el despliegue de la comparsa en numerosos escenarios urbanos, los gigantes y cabezudos seguirán siendo figuras centrales del Pilar: testigos y actores de una tradición viva que une historia, emoción y cultura festiva.