El camping municipal Ciudad de Zaragoza ofrece la posibilidad de disfrutar de todas las ventajas de la naturaleza y de la vida al aire libre a pocos minutos del centro de la urbe. Está situado sobre una extensión de 77.000 metros cuadrados en la finca “El Gracijo”, lo que le convierte en el centro turístico de mayor capacidad de la capital aragonesa. Un entorno idílico que poco tiene que ver con la difícil situación que actualmente atraviesa. Tal es la gravedad, que la empresa concesionaria pretende llevar a los tribunales al Ayuntamiento de Zaragoza.
Más de un año sin contrato y dando servicio contra su voluntad
Desde principios de 2010, la UTE Camping Ciudad de Zaragoza ha sido la entidad que ha estado al frente de las instalaciones del camping municipal; pero la concesión de este servicio llegó a su fin en febrero del 2020. «Nosotros orientamos el trabajo de 2019 para que a principios de 2020 se produjera un relevo aquí», indica Óscar Andrés, gerente de la UTE, quien recuerda con impotencia que «un mes después de que terminara el contrato nadie decía nada y, en marzo de 2020, para más inri, arrancó la pandemia». Hoy, casi un año y medio después, los pliegos de la nueva licitación no se han publicado y, según Andrés, el consistorio se niega a pagar por los servicios recibidos durante ese tiempo. «Estamos en un limbo legal», lamenta.
La empresa gestora atraviesa por grandes dificultades económicas tras permanecer “cautiva” en las instalaciones casi año y medio, en el peor momento para el turismo de las últimas décadas. En palabras de la persona al frente, están «obligados» a seguir dando servicio hasta que se les releve, según les ha indicado el Ayuntamiento: «El problema es que si ya en condiciones normales la rentabilidad del camping municipal es cuestionable; en estos tiempos, las pérdidas están aseguradas». En las instalaciones viven una treintena de clientes alojados en los bungalows, principalmente familias y trabajadores desplazados; y la plantilla que atiende el camping es de 16 empleados, la mitad de ellos ahora en ERTE.
Una solución por la vía legal para el camping de Zaragoza
Tal y como apunta Óscar, este problema está abocado a resolverse en los tribunales: “somos el eslabón más débil de la cadena pero soportamos todo el peso, y nos vemos en la situación de tener que asumir la responsabilidad de la que está careciendo el Consistorio». Desde el Ayuntamiento alegan que el contrato ya caduco se realizó a riesgo y ventura del contratista; es decir, se hace soportar, en este caso, a la concesionaria de la generalidad de los riesgos de la ejecución de este. La UTE debe asumir tanto las pérdidas como los beneficios.
Por esta misma razón, el Ayuntamiento se «niega a atender una factura emitida en enero de 2021, ante la pasividad del ejecutivo municipal, por los servicios prestados durante el periodo marzo-diciembrede 2020, pero sí que han procedido a cobrarnos el canon por el alquiler de las instalaciones. No entendemos nada y ya no tenemos muchas esperanzas de que esto se solucione. Va a quedarse ese pago pendiente y nosotros ya hemos adelantado el IVA de esa megafactura», señala Andrés.
El concurso sigue sin ver la luz
A día de hoy, el concurso público para hacerse cargo del camping municipal todavía no se ha licitado. Una vez publicado, se estima que tarde un mínimo de seis meses en resolverse con un ganador. “Parece que están haciendo tiempo hasta que se haya normalizado la crisis Covid y quieran presentarse nuevos concesionarios, ya que, ahora mismo, con el horizonte que hay lo más seguro es que el concurso quede desierto. Me da miedo que nadie se presente y sigamos nosotros», declara Óscar Andrés Gerente UTE Camping Ciudad de Zaragoza, al mismo tiempo que recalca que «el problema es que nosotros ya no podemos más”.