Con motivo del Día del Libro, hemos «cazado» a Saúl Irigaray. Este gran diseñador e ilustrador, desvela a «Gente con maña» como ha sido su evolución. Desde niño hasta el día de hoy y cómo a conseguido crear un cortometraje de animación.
«He tenido suerte: fui muy mal estudiante y era carne de obra o de barra.»
¿Quién es Saúl Irigaray?
Una persona normal y corriente, con familia e hipoteca y que tiene que dedicar muchas horas al trabajo. Quizás demasiadas.
¿Por qué Saúl Irigaray decide ser ilustrador?
Bueno, no es una cosa que haya decidido. Desde niño he dibujado y por diferentes casualidades de la vida se ha convertido en profesión. He tenido suerte: fui muy mal estudiante y era carne de obra o de barra.
«En aquella época el diseño y la ilustración no estaban tan presentes como ahora […] Era una profesión bastante desconocida por el público en general y era difícil abrirse hueco.»
¿Qué te hizo volver a casa para fijar proyecto laboral?
Estudié diseño en Valencia (si a aquello se le podía llamar estudios, hace 22 años) y volví al Pirineo para despedirme de familia y amigos (en aquellos años Jaca-Valencia eran más de 10 horas de viaje) y volver a la ciudad a buscarme un futuro. En aquella época el diseño y la ilustración no estaban tan presentes como ahora fuera de las urbes, y tampoco en ellas estaba tan «valorado». Era una profesión bastante desconocida por el público en general y era difícil abrirse hueco.
¿Cómo surge Garabato Estudio y Garabaro Books?
El destino puso varios concursos de diseño ante mi, en Jaca y Huesca, y gracias a ellos logré cierta visibilidad y empecé a colaborar con Pirineum. Al poco monté mi propio estudio, hasta hoy.
Hemos oído que incluso te has metido en el mundo de la animación ¿Cómo surgió?
Una vez más, casualidades de la vida. Había publicado el libro ilustrado Lo Gorrorroi, junto a Chusé Raúl Usón, en castellano y aragonés. Al tiempo se puso en contacto conmigo el Departamento de Política Lingüística del GA y me propuso hacer un corto del libro junto a un alumno de la Escuela de Arte de Zaragoza, como proyecto final.
La alumna fue Patricia Sánchez, y tras presentar el proyecto, decidí ahondar más en este mundo y realizar un trabajo más profesional por nuestra cuenta. Al fin y al cabo era una historia de mi pueblo, Bielsa, y mi familia, y quería que fuése un homenaje a mi valle y su Historia. Así que junto a Patricia y varios vecinos nos pusimos manos a la obra. Sin apenas conocimientos, sin experiencia, con los medios mínimos y sin un duro acabamos un corto de animación de 10 minutos. Todavía no me creo que pudiésemos haber acabado la peli, fue realmente inhumano.
Hace unos meses presentaste en Zaragoza tu último cuento ilustrado “Chincharana”. ¿Qué nos vamos a encontrar en esta nueva historia? ¿Cómo fue su proceso de creación?
Está mal que lo diga yo, pero Chincharana es un libro espectacular. Es una historia de los indios norteamericanos que descubrí, otra vez por casualidad, viendo una peli familiar con mis hijos. Es un cuento sobre un pájaro y un bosque, y al ser una historia tradicional y todos los personajes (pájaros y árboles) se encuentran aquí también, decidí traerlo a nuestras montañas. En las ilustraciones he echado el resto y creo que, posiblemente, sea mi mejor libro.
Hace poco que has recibido una gran noticia ¿Qué nos puedes adelantar?
No, con dos hijos ya tengo bastante, un tercero acabaría conmigo jajaja. Ya en serio, no sé cual, la verdad es que este último año ha sido espectacular en cuanto a proyectos. El corto, la campaña del Centenario del Parque Nacional de Ordesa, Chincharana, Bikefriendly, Los 3000 ibones (un trekking de montaña que he montado con varios socios), varias exposiciones… No me puedo quejar.
«Si tuviese que vivir en una ciudad, Zaragoza estaría en el primer puesto»
Presentaste tu último libro en Zaragoza, ¿Cuál es tu rincón favorito de la ciudad?
La verdad es que cuando era niño Zaragoza me parecía caótica y gris, pero esta ciudad ha cambiado mucho desde entonces. Ahora me parece una ciudad brillante, dinámica, con mucha actividad cultural y de calidad, llena de gente joven con proyectos innovadores, estudios de diseño que se salen, librerías que son un lujo… Prefiero vivir en la montaña, pero si tuviese que vivir en una ciudad, Zaragoza estaría en el primer puesto.
En cuanto a mi lugar preferido, El Tubo no puedo faltar cada vez que bajo. Y por supuesto el 23 de abril, Día del Libro, en Independencia.
¿ Qué le pides al futuro próximo?
Que Casado y Abascal se vayan de vacaciones y se pierdan mundo alante. Son un insulto a la inteligencia y a la decencia humana, por mucho perfume que se echen.
Y por lo demás, seguir como ahora. Trabajar en mis proyectos con esfuerzo, sacrificio y pasión, que las cosas hay que ganárselas, no como los chupópteros que nos dirigen hacia el abismo.
Desde Zaragoza-Ciudad, queremos desear a este gran artista todo lo mejor.