Nuestra ciudad necesita y quiere un nuevo campo de fútbol. Los aficionados confían en que el cambio de accionariado lleve de nuevo al Real Zaragoza a ocupar el lugar que le corresponde en Primera División. Pero también aspiran a que ese ascenso deportivo venga acompañado de la construcción de un nuevo estadio que permita a nuestra ciudad ser sede del Mundial 2030.Y es que en el encuentro internacional que tuvo lugar entre España y Suiza quedó patente que el estadio maño necesita una modernización y adecuación con carácter urgente. Pero, ¿qué se sabe acerca de la nueva Romareda?
Existen numerosas dudas sobre un proyecto que fue promesa electoral de Jorge Azcón en las anteriores elecciones y que, más de tres años después, el alcalde ha vuelto a sacar al escenario. En el horizonte, la próxima cita electoral de mayo de 2023.
La incertidumbre popular reina en el proyecto
Por el momento, la realidad es que el nuevo campo de fútbol únicamente ha pasado un primer trámite administrativo en la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza. El pasado 21 de noviembre, el Gobierno consiguió la aprobación inicial de una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con el apoyo de VOX y la abstención de ZEC y Podemos. Sin embargo, si en algo coinciden todos los grupos parlamentarios ajenos al gobierno de la ciudad es en la falta de información del proyecto.
Este cambio en el PGOU propone la adhesión al campo de una parcela de usos terciarios anexa, que supondría ampliar la superficie en 47.400 m2. Esto permitiría aumentar la capacidad del estadio hasta los 45.000 asientos, uno de los requisitos para ser sede del Mundial 2030. Además, también se pretende incrementar la explotación posterior del propio campo, ya que se daría vía libre a construir restaurantes, galerías comerciales o incluso hoteles.
Muchas incógnitas por resolver
A pesar de este primer paso de carácter administrativo, todavía hay demasiadas cuestiones que deberían ser resueltas para la continuación del proyecto.¿Cuánto cuestan los suelos cedidos? ¿Cuál es el coste del estadio? ¿Cómo será su modelo de explotación? ¿Cuánto costará a los zaragozanos? ¿Se privatizará? Estas preguntas inquietan a la ciudadanía, la cual espera más información por parte de sus representantes políticos.
El precio del proyecto ausente de todo debate
Nada se sabe sobre el coste de la nueva Romareda. El Real Zaragoza ha mostrado en numerosas ocasiones su voluntad de implicarse económicamente en la construcción del estadio, pero no existe la menor certeza de que la entidad vaya a asumir la totalidad del coste. Y es que, tratándose de una estructura pública, resulta algo complicado que una entidad privada financie toda la obra.
Además, la ciudadanía de Zaragoza, ilusionada a más no poder con la nueva Romareda, carece de la información suficiente para saber si saldrá o no de su bolsillo. El modelo de financiación no está para nada claro todavía..
La reforma del Huerva, en saco roto
Pero tampoco hay que olvidar que en apenas dos semanas, la reforma del Huerva, ligada a la construcción de la nueva Romareda, también ha caído en saco roto. El alcalde de Zaragoza anunció a principios de noviembre, en el Debate sobre el Estado de la Ciudad, la venta de otra parte de la parcela de usos terciarios, anexa al estadio, para transformar un tramo de este río a su paso por la ciudad. ¿A quién se venderá ese suelo? ¿Cuánto costará? Todo son interrogantes al respecto.
“Las obras deben comenzar en 2023”
Con respecto a las acusaciones de buscar rédito electoral con la nueva Romareda, el PP se escuda alegando que “las obras deben comenzar en 2023” si se pretende llegar al Mundial 2030. Según el partido conservador, existe una imperiosa necesidad de presentar el estadio a dicha cita futbolística.
Lo que está claro es que todos los grupos municipales están de acuerdo en que la ciudad de Zaragoza necesita un nuevo estadio de fútbol. Sin embargo, la falta de información por parte del Ayuntamiento de Zaragoza, hace que el consenso acerca del proyecto no sea reinante. El cómo abarcar tan importante misión y la falta de transparencia es lo que hace que existan discrepancias en el consistorio.