José Rebolledo de Palafox y Melci, más conocido como José de Palafox, es una figura emblemática de la historia española, especialmente reconocido por su papel crucial en la defensa de Zaragoza durante la Guerra de la Independencia Española. Este noble aragonés se convirtió en un símbolo de resistencia y valentía, encarnando el espíritu de lucha del pueblo zaragozano contra la invasión napoleónica. Su hazaña está a la altura de los más grandes genios militares de la historia, pudiendo compararse incluso con la defensa de Esparta llevada a cabo por Leónidas y sus 300 guerreros.
Los primeros años de Palafox
Nacido el 28 de octubre de 1775 en Zaragoza, José de Palafox provenía de una familia noble con una rica tradición militar. Desde joven, fue educado para servir en el ejército, lo que le proporcionó una sólida formación tanto en habilidades militares como en el arte de la guerra. Su carrera militar comenzó temprano, y rápidamente se destacó por su liderazgo y valor.
La Invasión Napoleónica y la defensa de Zaragoza
La Guerra de la Independencia Española estalló en 1808, cuando las tropas de Napoleón Bonaparte invadieron España. Zaragoza, una ciudad estratégica, se convirtió en uno de los principales focos de resistencia contra los invasores franceses. José de Palafox fue nombrado Capitán General de Aragón, y bajo su mando, la ciudad se preparó para enfrentar el asedio.
Primer Sitio de Zaragoza (1808)
El primer sitio de Zaragoza comenzó en junio de 1808. Palafox, con un ejército en gran parte compuesto por civiles y milicianos, se enfrentó a las tropas napoleónicas, que estaban mejor equipadas y entrenadas. A pesar de las desventajas, la resistencia fue feroz. Palafox organizó la defensa de la ciudad con determinación, movilizando a todos los sectores de la sociedad, incluyendo mujeres y niños, en la lucha. La resistencia fue tan tenaz que, tras dos meses de duros combates, los franceses se vieron obligados a retirarse.
Segundo Sitio de Zaragoza (1809)
Sin embargo, los franceses no se rindieron fácilmente. En diciembre de 1808, volvieron a asediar Zaragoza con un ejército aún más numeroso y mejor preparado. Este segundo sitio fue uno de los episodios más sangrientos de la guerra. Durante dos meses, los zaragozanos resistieron en condiciones extremas, enfrentando bombardeos constantes, escasez de alimentos y enfermedades. Palafox, gravemente enfermo, continuó liderando la defensa hasta el último momento. Finalmente, en febrero de 1809, la ciudad cayó, pero la resistencia heroica de sus habitantes quedó grabada en la historia.
El legado de Palafox
Tras la caída de Zaragoza, Palafox fue capturado y encarcelado por los franceses. No obstante, su reputación como líder valiente y su papel en la defensa de la ciudad lo convirtieron en un símbolo nacional. Después de la guerra, fue liberado y continuó su carrera militar y política, aunque nunca alcanzó la misma prominencia que durante los asedios de Zaragoza.
José de Palafox falleció el 15 de febrero de 1847 en Madrid, pero su legado perdura. En Zaragoza, su figura es recordada con orgullo, y varios monumentos y calles llevan su nombre en honor a su valentía y liderazgo. Su vida y acciones durante los sitios de Zaragoza son un testimonio del coraje y la resiliencia del pueblo zaragozano frente a la adversidad.
José de Palafox y Melci es un héroe histórico cuya memoria sigue viva en Zaragoza y en toda España. Su liderazgo durante los asedios de Zaragoza demostró que, incluso frente a fuerzas abrumadoramente superiores, el coraje y la determinación pueden marcar la diferencia. La defensa de Zaragoza bajo su mando es un capítulo inspirador en la historia de España, y su legado continúa inspirando a futuras generaciones a valorar y defender su libertad con la misma pasión y valentía.