Durante el mes de agosto es muy frecuente la aparición de numerosas estrellas fugaces en el cielo nocturno. En muchos lugares se conocen como “lágrimas de San Lorenzo”, aunque su nombre científico es “perseidas”. Y es que esta lluvia de meteoros es uno de los fenómenos más esperados durante el verano por los amantes de la astronomía, siendo un planazo para las noches finales del verano.
El día principal para contemplar este fenómeno es el 12 de agosto, según el departamento de astronomía del Instituto Geográfico Nacional (IGN). El nombre de “lágrimas de San Lorenzo” obedece a la cercanía temporal con el día 10, que es la festividad del mártir. Son visibles en todo el hemisferio norte.
Origen de las perseidas
La explicación científica a esta “lluvia de estrellas” tiene que ver con el movimiento del planeta Tierra. Concretamente, cuando se cruza con la órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle, cuyo periodo es de 133 años. El sendero estelar marcado por dicho cometa se encuentra repleto de pequeñas partículas liberadas en pasos previos. Y es entonces, en el momento en que una de ellas entra en contacto con la atmósfera terrestre, cuando aparecen las “lágrimas de San Lorenzo”. La fricción hace que las partículas se calienten hasta evaporarse a gran altitud, provocando este fenómeno tan visual.
¿Dónde contemplar “las lágrimas de San Lorenzo”?
Para poder disfrutar de este espectáculo natural, lo más recomendable es huir de las zonas urbanas. La contaminación lumínica es un gran enemigo de cara a poder visualizar cualquier fenómeno relacionado con la astronomía. Por tanto, desde Zaragoza Ciudad recomendamos sitios algo apartados de las capitales, donde se pueda observar el cielo nocturno con total precisión. Aquí os dejamos una lista de sitios cercanos a Zaragoza donde se pueden contemplar las perseidas.
Torrecilla de Valmadrid
Es un barrio rural de Zaragoza, y cuenta con escasa contaminación lumínica. Por tanto, se convierte en uno de los lugares de referencia para observar las perseidas por parte de muchos ciudadanos de la capital aragonesa.
El Castillo de los Cornel
Situado en un monte al lado de Alfajarín, es otra ubicación idónea para poder contemplar las perseidas. Al estar en cierta altitud y alejado de las zonas urbanas de Zaragoza, la contaminación lumínica afecta bastante menos que en la capital. Y, como aliciente, destacar que este pueblo con encanto se encuentra a escasos minutos del centro zaragozano.
Roden, un pueblo abandonado lleno de misticismo
En plena Guerra Civil, este entorno rural fue abandonado y es de los pocos de España que no fueron reconstruidos. Ubicado a unos 27km de Zaragoza, también es un lugar maravilloso para contemplar las perseidas o “lágrimas de San Lorenzo”. Su lejanía de lugares urbanos implica una casi nula contaminación lumínica.
Moncayo, siempre es un acierto
Con un gran paraje natural, la contaminación lumínica no afecta en exceso a la visibilidad del cielo nocturno. Si se desea disfrutar de un ambiente de naturaleza mientras se ven las perseidas, el Moncayo es un valor seguro.
Santuario de Nuestra Señora de Magallón
Se encuentra en Leciñena y es un entorno completamente libre de contaminación lumínica. Otra opción muy interesante para disfrutar de unos bocadillos a la luz de las perseidas. Sin embargo, matizar que se encuentra algo más alejado de la capital aragonesa, con lo cual menos influyen las luces zaragozanas en la visualización del espectáculo astronómico.
Estos son sólo algunos de los lugares más adecuados para poder contemplar el fenómeno natural de las perseidas, sin salir de la provincia de Zaragoza. Sin embargo, cualquier zona alejada en un radio de 30 km de los núcleos urbanos aragoneses sería adecuada para evitar esa contaminación lumínica y disfrutar al máximo del espectáculo natural.